El derecho al desarrollo no es sólo un
postulado para dirigir la economía de
un Estado, sino que se instituye como
un derecho humano previsto principalmente
en la Declaración sobre el
Derecho al Desarrollo y en los compromisos
adquiridos por México en
los Objetivos de Desarrollo Sustentable
2030, por ello se considera que las
disposiciones en materia de desarrollo
económico que se encuentran en
la Constitución Política en el capítulo
de los Derechos Humanos y sus Garantías,
deben interpretarse a partir
de una visión humanista, en la que el
Estado se obligue a regular el derecho
al desarrollo como un derecho indispensable
para proteger la dignidad de
las personas, los intereses de la vida, la
satisfacción de las necesidades fundamentales
y la tutela de una justicia que
busca una sociedad menos desigual.