Este trabajo se propone estudiar los
argumentos que se han esgrimido en
torno a la prohibición absoluta del
consumo de drogas, para ello consideramos
que ninguno de los argumentos
presentados es suficiente para justificar
la incriminación de la tenencia y
consumo de estupefacientes con propósitos
estrictamente personales. Esto
es así en virtud de que el derecho penal
propio de un Estado constitucional
de derecho no puede imponer ideales
de perfeccionismo moral por medio de
medidas prohibitivas desproporcionadas,
tal como ha sido aceptado por la
reciente jurisprudencia de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.